domingo, 17 de septiembre de 2017

¿Ligar o hacer amigos? Escribir y descubrir








Un día tuve la brillante idea de meterme en una de estas aplicaciones para conocer gente y hacer amigos, aunque por unanimidad todo el mundo piense que lo hice para ligar. Sobre ese tema no pretendo apelar a la defensa y mucho menos discutir.

Y es que sobre los dos primeros asuntos tengo dominio. Sobre lo de ligar, tengo mis dudas.
No sé si es un concepto que está directamente relacionado a ir por el "amigo follón" y satisfacer el "bajo instinto", o si la idea es conseguir pareja de verdad, de esa con la que compartes, viajas, le hablas chiquito, etc.

Fuera de que tenía un año y medio sin regar el jardín y por otro lado no debería extrañar lo que nunca he tenido, el tema de "Ligar" no suponía un problema y tampoco lo fue. Sé decir que no, si no quiero, y las hormonas luego de los 30 no suelen sabotear la partida.

En términos muy pragmáticos, sabía cuál era mi intención al meterme en Happn, y lo digo con orgullo. Comenzar una nueva vida en un nuevo país, una nueva ciudad, Madrid, suponía un reto personal y a la vez una nueva oportunidad para superarme.

El haber vivido para ese entonces en 4 países diferentes me ha enseñado que la única cosa letal es la soledad. El no tener con quien hablar; con quien compartir. Es duro. La vida del expatriado es muy dura. Durante los primeros tres meses el mood  es de turista. Todo es nuevo, hay muchos sitios por conocer, mucha gente abierta para hacer planes. Y después, cada quien a lo suyo. El entusiasmo de entrada se diluye. Y eso duele!

En fin, estaba dispuesta a probar nuevos recursos y me metí a Happn. Una aplicación que compatibiliza gente que se cruza en el camino.
Mi tránsito por la red duró no mucho más que una semana. Y durante esos días corroboré que sí que es cierto que hay una relación directamente proporcional entre estar en la “vitrina online” y el hecho de ligar, entendido como asunto de buscar sexo.

A las primeras de cambio mis earlier followers  descosieron su intención. Cosa que agradezco porque si hay algo que valoro es la conversación genuina y transparente. Además,  qué otra cosa podía esperar? La mojigatería no es asunto del siglo 21, y dicen que al cuerpo hay que darle lo que pide.

Lo que yo pedía era amistad, lo demás en todo caso vendría por añadidura. Y lo logré. Coseché tres hermosas amistades que si bien tuvieron su momento de gloria face to face, hoy por hoy se mantienen ahí aunque nos separa la pantalla y el teclado.

El alemán, 41, me enseña (aunque llevo la materia en reparación) de la magia del tiempo, del poder de concentración, y del cuidado por el detalle. Madre mía, que habilidad para reducir el desperdicio. Eso es un arte.  

Javi, 32, never stop exploring, oportuno como él solo. Parece mi hermano menor.Me manda a descansar, a desconectar, y aunque intuyo que no tiene ni idea de lo coqueta que puedo ser, hasta me mandó a la peluquería. 
 
Bencho, 40. Se ha convertido en mi psicólogo personal. Sabe de mis circunstancias actuales y del nuevo proceso de readaptación que llevo. Durante nuestra última conversación disparó:
"Lo mejor de todo es no anhelar nada. No tener ideas prefijadas, o expectativas concretas. Ir descubriendo (...)”. 

A ver. Un momentico. Sí, quiero descubrir, pero también anhelo.
Anhelo fundamentalmente estar estable y no tener que preocuparme por asuntos legales.
Anhelo ser una mejor versión de mi misma. Hoy me encuentro desagradable. Me he pillado con el carácter sensible, irritado e insolente. Ya alguien pagó por ello, y es algo que todavía lamento. 

No estoy exenta de cometer errores. Los seguiré cometiendo e iré aprendiendo de ellos. Happn no lo fue. Al contrario, la plataforma me ha dejado un bonito sabor de la amistad online.
Aunque el fin no es el mismo, hoy pruebo con esto de escribir. Me gusta; me ayuda a relajarme y me hace sentir.
Sigo descubriendo…

domingo, 10 de septiembre de 2017

Tú, mi maestro, I´ll be ready





Con tus manos varoniles, suaves y controladoras

Hombre generoso, atento y raras veces tierno 

De genio pronto y vivo 

Hombre de mundo, que lo único que no puedo perdonar es la falta de humildad

Fuerte y decido, aunque a regañadientes te permites dudar 

Hombre de buen gusto. Lo noto en el olor que desprende de tu cuello y en la prenda que llevas en la muñeca 

Inagotable, como yo

Tú. Sí, tu 

De golpe y porrazo te digo, dónde estás? 

Te ocultas? A qué le huyes? 

O soy yo?

Eso. Perdóname. 

Perdóname si no he sabido.

No he sabido. Sí, así sin más. 

Soy una proletariada del amor. 

No tengo kilometraje. Pero quiero soltar las alas y abrirme, no de piernas.
Me cuesta de cualquier manera. 

Este verano me asfixia, y mi calor te necesita. 

Tengo hambre; de tu pan, duro y caliente.

Pero el tiempo se rehusa en juntarnos. 

Quiero creer en su sabiduría y en la tuya.
En la mía ya no. Esa jeva* no sé para qué equipo juega! Ha ido al laboratorio y no aprende la lección. 

En cambio tú, tú si sabes...
Te proclamo con unanimidad como mi mayor maestro.
Y con este cinismo que se descose te lo digo, Gracias.

Are you ready? I´ll be ready.


 
Notas: 
Los créditos de la fotografía son para Cristian Scarsella @c_scarsella. Y como diría él mismo “un momento capturado nunca caduca”. 2013
*Jeva:  nombre femenino coloquial. Mujer joven; chica, tia.
Sountrack: Puente, Gustavo Cerati
 


domingo, 3 de septiembre de 2017

Soy fea





 
Siendo de un país donde se sobrevalora la belleza, cuanta mella puede hacer el hecho de “ser fea” 
Sí. Cuando te sentencian, te sentencia. “Eres fea. Qué fea. Ay tan bonita que era. Cabeza de bloque”.
Benditas etiquetas, benditas comparaciones. Son como balas que perforan el autoestima.
Me enfermé de ausencia de amor propio, y no me llevaron al médico. La enfermedad tampoco se dejó ver con facilidad. Pero estaba ahí, como la termita con la madera, filtrándose con sabia discreción.  
Debo reconocer que su trabajo, por lo mínimo, ha sido impecable. Deslastrase me ha tomado mucho tiempo y a veces tengo mis recaídas. Debo reconocerlo!
Bendito momento en que me dijeron: qué fea!  La primera vez tendría un poco más de 5-6 años. A partir de ahí todo cambió porque la frase se hizo eco, resonando en mi interior con astuta malevolencia.
En su momento no me preocupé por entender el concepto de belleza. Simplemente me creí que era fea y ya está. Era cómodo, y para que un pensamiento se haga realidad basta con creérselo.
Hoy por hoy entiendo que la belleza supone un camino hacia adentro aunque se materialice hacia afuera porque sí que es cierto que la belleza siendo tan etérea se hace tangible.
La belleza encierra un poco de misterio, pero se ve. Se ve como (o con) el resultado de perseguir nuestras agendas personales, lo cual pasa por prestarle especial atención a las necesidades del corazón.
Uno sabe lo que alimenta al corazón. Uno sabe cuáles son sus necesidades más verdaderas, y es algo que no se debería ignorar aunque el ego luche en su propia defensa. Es un tema que pasa por dar, por darse en esencia; por recibir, y permitírselo; por tener apertura y gratitud con la vida. Nada es en vano. No lo fue el hecho de haber sido etiquetada como “fea”, no lo será el trabajo de corregir y empoderarme de mis verdaderas cualidades.
En definitiva, he aprendido que no soy fea (aunque se dan cuenta que me ha costado, e inserto risas aquí). He aprendido que la belleza es poner en uso ese regalo divino que el universo nos dio. Y también he aprendido (y no quiero sonar arrogante) que si tú me ves fea es porque no hay otra cosa en tu interior y te sirvo de espej.
Muaja!

P.D: Dedicado a esas personas que en mi escolaridad y juventud me dijeron fea, cabeza de bloque, y alguna cosa más. Les cuento que de bloque tengo el espíritu y es inquebrantable. 
P.D2: Este vídeo me hizo click,

https://www.youtube.com/watch?v=h3wDJ0k2RAM

Merece la pena escucharlo