jueves, 12 de octubre de 2017

Valiente sinsentido




Ironía de la Vida

El obstáculo interno es invariablemente único y universal. No filtra por sexo, raza o edad. No avisa, ocurre. Se traduce fácil, miedo.

Miedo a la muerte. Miedo al fracaso. Miedo al rechazo. Miedo al ridículo y al error. Peor aún, miedo a nosotros mismos; a nuestra vulnerabilidad. Miedo a reencontrarnos con nuestro lado más sincero y sublime. Cochina pendejada. Y pasa!

Que levante la mano quien esté libre de pecado?

Yo animo hasta los pies y el score me resulta en contra.

Es un sinsentido, lo sé.

Hace poco tuve una entrevista de trabajo y uno de los aspectos con los que me identifiqué fue con el coraje.

No ando por la vida diciendo que soy valiente pero la junta me pilló con el pecho inflado.

Y material no me falta pero no pretendo hacer de este texto una correspondencia al ego; mucho menos deseo hablar de mis supuestos actos de heroísmo.

Sé que sin excepción, todos enfrentamos duras pruebas- y aunque de igual forma nos pica el esfínter, sé que mi ardor no tiene ni un ápice de comparación con el tuyo.

En fin, las buenas lenguas dicen que somos todo eso que deseamos. Lo perverso es que muchas veces el miedo nos aleja de eso que deseamos. Como si fuéramos la piedra en nuestro propio camino.  

Por qué? Por qué? Por qué?

Una pregunta que me carcomía los sesos y me dejaba un aliento de insecticida, como si el saborear saliva pudiera lubricar tan irónica inquietud. Hasta que opté por quitarle importancia al resultado de lo que estaba obteniendo y se lo dedique a entender la forma en la que suele manifestarse el miedo.

Lo primero a saber es que todo pasa por el cerebro. He aquí algunos aprendizajes:

  • El miedo por default es una reacción natural que se aloja en el cerebro ancestral, también conocido como Reptil. Si vemos un León, lo más lógico es que salgamos corriendo. Es la respuesta natural que tenemos ante ese riesgo de que el felino nos pueda “comer”. Es obvio y hasta aquí estamos bien.
  • El asunto se pone interesante cuando el León es de peluche y el cerebro Límbico le pone formas, colores, movimientos, sonidos, etc. Es decir, esa área de nuestra cabecita se encarga de montarse la película.
  • Y el ciclo se cierra (o continua) cuando todo ello pasa por el Cerebro Neocorteza, que decide cómo exteriorizar todo ese proceso interno que se conduce de una determinada situación.

Juro que en mi caso la cosa va más o menos así:

  • Lo obvio. El ritmo del corazón se altera. Al margen de sentir taquicardia reconozco como las pulsaciones no sólo se concentran en el pecho, toman protagonismo en la actuar de las manos, en las terminaciones de los dedos, como si tuviesen vida propia.
  • Los extremos de la temperatura se yuxtaponen. Internamente siento un sofocón de dimensiones épicas y por fuera el frío es colosal como si hubiese viajado al The wall of the north en The Game of Thrones en pleno invierno.  
  • La mandíbula se contrae y siento como los dientes empiezan a doler, como si de exceso o falta de uso se tratase.
  • El diafragma se comprime y la respiración no circula. Tampoco llega suficiente oxígeno al cerebro. La mente trata de defenderse pero no hay foco y el pensamiento divaga.
  • El estómago. Ahí la cosa se pone interesante. Se acuerdan del mito de las mariposas cuando ven a la media naranja. Qué va? No es ni una cosa ni la otra. Uno, estoy convencida que el verdadero amor no supone miedo, al contrario. Dos, no son las fucking mariposas; es el miedo que está haciendo de las suyas. Es una punzada suave y profunda, con cambios lentos y rápidos (y suena a chinazo).


En fin, vaya movida. Y pasa. Sé que a todos nos pasa. A algunos más, a otros menos. Para algunos se manifiesta de una forma; para otros, ocurre diferente. Y los he visto. Bastante sólo con observar y poner mucha atención.
Aunque da cierto miedito la forma en la que el miedo opera. Todo esto me ayuda, y espero que a uds también, a cuidarme de mí misma.

Ahora intento no buscar la respuesta. Ahora experimento la pregunta, y viajo con la certeza de que algún día, quizás no muy lejano, viviré para contar de qué va todo este deseo, y qué más he aprendido sobre el miedo. Porque si hay algo de lo que estoy segura, es que todo proceso si bien sacude y da palo, al final resulta ser lo más enriquecedor de la vida.

Everything is about Test and Trust.


P.D: La foto es de hace unos cuatro años atrás